viernes, 9 de septiembre de 2016

El Ser y lo humano, Paramātman y Jivātman.




   Hablemos del Ser y lo Humano. El Ser Humano, es lo que somos, como seres y lo que tenemos, como humanos, siguiendo las pautas del pensamiento del Yoghismo.

Es bueno aclarar desde ahora, que no se trata de revelar o de develar ningún misterio.

Simplemente compartir experiencias para compararlas con otras experiencias, para contrastarlas y sacar algunas conclusiones que sólo pueden tener valor para el que las obtiene, ya que éstas le puedan responderle a sus interrogantes, por lo menos mientras encuentra otras respuestas mejores, o sus interrogantes cambian.

Dice David Bohm que una teoría es solamente un modo de ver las cosas, pero como las cosas cambian y el modo de verlas también cambia, el valor de una teoría no es absoluta. Los Yoghis ven la Realidad de este mismo modo.


Las enseñanzas de los grandes yoghis nunca pretenden ser concluyentes, si no simplemente adecuadas para responder a las necesidades de una época determinada.

Por ejemplo, en la Era de Piscis, el modo de ver las cosas fue místico, inclinado hacia la fe.

Actualmente las cosas se tratan de ver con sabiduría, con conciencia.
Es obvio que las cosas consiguen su propio proceso y que su proceso las va transformando constantemente, y quien observa las cosas tiene su propio proceso de cambio y no las ve a éstas siempre del mismo modo.

Ahora bien, existe una tendencia  en el Ser Humano, de buscar explicaciones o soluciones totales dentro de la realidad que vive. Esto crea problemas, pues nada permanece igual así mismo, pero tampoco deja de ser lo que es.  Por eso, se ha dicho que cuando pasa el tiempo no somos los mismos, pero tampoco somos otros.

Esta tendencia se encuentra en la base del sentimiento religioso y lo hace doloroso porque contradice a la vida, que es creativa y recreativa, y lo lleva al culto a la muerte como solución posible para la beatitud permanente en el Sat-Chit-Ananda, en el nirvana o en el cielo.

Dicho esto, analicemos este asunto del Ser y de lo humano, del ser Humano.  

El Ser, sin conciencia, es la Nada.

El Ser, con conciencia, es lo Todo

El Ser no es esto o aquello; porque esto, aquello o lo de más allá, tiene forma, tiene límites definidos de algún modo en lo que llamamos espacio, y también limites en lo que llamamos tiempo.

El Ser por sí mismo no tiene límites, es eterno.

El Ser es incognoscible.

Sin embargo en el Yug, el Ser es experimentable, como conciencia profunda de Si, de Si mismo. Y es por esta conciencia de Sí que el instinto de conservación, que es la intuición honda de ser, de si, en lo eterno, se afirma sin angustia en el proceso cambiante de lo humano, de la vida y de la muerte.
 
La conciencia de Ser es la iluminación para el Yoghi.

La conciencia de Ser es la conciencia de la unidad.

La conciencia de la unidad esencial es compatible con la conciencia de lo humano de la diversidad.

La combinación de la conciencia de la unidad y la conciencia de la diversidad es la conciencia del individuo integrado al universo.

El Yoghi es el que ha iniciado, el que ha comenzado a experimentar lo sagrado, lo sacro, lo secreto, el Ser, en mayor o menor medida, por que el Ser es infinito.

Dicho en términos de psicología, el Yoghi es el que ha logrado integrar, por lo menos en parte, su Ego.

Sin embargo, ya fuera de la psicología pero dentro de la Tradición Yóghica, hay que decir que el Ego es la combinación del instinto de conservación aliado con la mente, con la razón, que conoce la realidad, por comparación y contraste, en forma binaria, como un proceso fragmentado.
No obstante cuando el instinto de conservación reafirma su intuición de Ser por medio de la experiencia consiente, reafirma también su razón de Ser.Y conserva lo humano como medio de experimentación y de producción de conciencia.

El Ego, de esta manera, no es enemigo del ser humano, sino su mejor medio para conservar la estructura corporal, la energía creativa, la lucidez mental y el amor y el anhelo de trascender lo humano, en el Ser, sin dejar de estar en lo humano para ensanchar la conciencia.

Si se puede hablar de principios básicos para los Yoghis, la principal, tal vez, podría ser; hacer para Ser.

Ser, para hacer.

Esto puede servir también para esclarecer que el Yoghi se considera involucrado en el proceso de la realidad total no dividida, en movimiento fluyente, como dice la Mecánica Cuántica.

No busca la sublime evasión, como dice los yoguis religiosos.

Ni trata de terminar con el karma, sino de comprender el orden, el ritmo, el ritual, en la experiencia profunda del āsana y del prānāyāma.

Y a partir de ahí, del mantra, mandala y mudrā, para fluir conscientemente, dentro de la experiencia del yoga, sin chocar con sus leyes y producir dolor.

La causa del dolor es la ignorancia, ya se ha dicho, lo que falta agregar es que se trata de la ignorancia sobre sí mismo.
Hay pues, una gran diferencia entre el misticismo religioso y la conciencia Yóghica.

El Yoghi tiene un centro de gravedad en la Libertad.

El místico lo tiene en el amor.

Y por absurdo que parezca decirlo no hay contradicción entre el místico y el Yoghi.

Solamente son dos modos de ver y de vivir la realidad.

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